La pandemia y el aislamiento nos ha afectado a todos, pero es a los adolescentes a quiénes estaría afectando más.

La adolescencia es una etapa donde se producen cambios importantes para la construcción de la personalidad e identidad. La interacción con sus grupos de pares es fundamental para ese desarrollo mental y emocional, y hoy se encuentran alejados de sus amigas , amigos, novias y novios, adaptándose a una nueva forma de estudiar y de contactarse. Los que transitaban su último año escolar se han quedado sin su viaje de egresados, fiestas y reuniones. Se sienten impotentes y frustrados.
Aparecen o se intensifican conductas como nerviosismo, irritabilidad, enojo, ira, impulsividad, ansiedad, retraimiento o aislamiento. Es importante prestar atención a estos comportamientos y generar espacios de escucha confiables donde se sientan integrados y que sus ideas o inquietudes sean tenidas en cuenta. Los jóvenes necesitan canalizar sus angustias por eso es importante respetar sus sentimientos y no minimizarlos. Que no se sientan interrogados, cuestionados o juzgados, por eso es necesario buscar el momento adecuado para tener un diálogo calmo y puedan reflexionar, de lo contrario sólo lograremos que reaccionen con irritación o malestar.
Los jóvenes que tengan una buena relación con sus padres o cuidadores podrán sobrellevar mejor esta situación.
Como los adolescentes se desorganizan con los horarios implementar una rutina mediante acuerdos es fundamental, respetar horas de sueño, estudio, comidas y juegos, hacerlos intervenir en la preparación de comidas, compras o algún arreglo de la casa como así también compartir juegos en familia, reír, mirar fotos, recordar eventos o anécdotas compartidas.
También generar espacios de comunicación digital con primos, abuelos y otros familiares.
Compartir una de las 4 comidas para interiorizarse de sus gustos, intereses o preocupación sobre la situación actual, a través de una conversación empática , atenta y no invasiva.
Generar el autocuidado y el de toda la familia, promoviendo ánimo, confianza , esperanza y evitando aumentar sus temores de una forma positiva pero realista.
Para calmar la ansiedad implementar técnicas de respiración es beneficioso. La ansiedad es una respuesta que afecta los pensamientos emociones y conductas. Con simples ejercicios se puede controlar y desconectar la mente de las preocupaciones o pensamientos y sentimientos molestos.
Si bien la comunicación por redes sociales les permiten mantenerse en contacto con sus pares también es importante que puedan realizar actividad física y de tipo creativas como tocar algún instrumento, pintar, bailar, etc.
La preocupación e incertidumbre que caracterizan a la ansiedad puede generar síntomas como vértigo, hiperventilación, dolores de cabeza o de estómago, opresión en el pecho, tensión muscular, dificultad para conciliar el sueño, etc.
Si éstos síntomas u otros persisten o se incrementan quizás sea conveniente consultar a un especialista y tener un espacio terapéutico puede ser de gran ayuda tanto para el adolescente como para su familia.
Ana Aseguin
Lic. en Psicología
Terapia Cognitiva Conductual